Conferencia
7 de octubre de 2024

30 años de la CREG: Balance y desafíos

Por: Juan Esteban Santana[1]

Recientemente, la Comisión de Regulación de Energía y Gas (CREG) celebró 30 años desde su creación en Colombia como regulador de los mercados de energía y gas. Con el paso de los años, la academia se ve en la necesidad de analizar con detalle su importancia institucional en el sector, así como cuestionarse y proponer aquellos desafíos que deberá enfrentar esta entidad a mediano y largo plazo.

Con la expedición de las leyes 142 y 143 de 1994 y en consecuencia el advenimiento de un nuevo modelo económico de mercado de prestación de servicios públicos domiciliarios, que estableció una mayor pluralidad de agentes y aumento de la participación privada. Implico la necesidad de crear una institución que defina reglas de juego, establezca marcos jurídicos de acción y estrategias de planeación y coordinación de actividades que involucren a los distintos actores que van surgiendo. Bajo este novedoso contexto, el alto nivel de tecnicidad será el elemento definitivo y principal, que servirá de parámetro para la adopción de decisiones que se emitan para garantizar la adecuada actividad prestacional de los servicios de energía y gas.

Bajo esa premisa, el nivel de importancia de la entidad desde su fundación hasta la actualidad ha permitido a lo largo de los años un funcionamiento óptimo, eficaz e idóneo de un sector económico que demanda experiencia, tecnicidad y alto nivel de rigurosidad en materia de política regulatoria. Dentro de estos 30 años, la academia al unísono exalta el rigoroso papel que ha asumido la CREG en su rol de ente regulador. Si bien, se debe reconocer que dicho aspecto ha caracterizado el buen desempeño de la institución, el mensaje realmente es que se debe exigir una política regulatoria celosamente nutrida por estudios técnicos, estratégicos, idóneos y rigurosos. La realidad indica que los sectores industriales y económicos que la comisión de regulación delimita día a día son áreas de especial dificultad, exigencia, complejidad e importancia. Finalmente, se habla de servicios públicos inherentes a la finalidad del Estado que deben ser garantizados y que de ser prestados de manera defectuosa implicarían la afectación directa en la calidad de vida de los asociados.

Las decisiones deben atender a necesidades, amenazas y dificultades del mercado, integrando la participación de todos los agentes involucrados. Los sectores como la energía, gas, Gas Licuado de Petróleo y combustibles líquidos son campos donde naturalmente se deben adoptar decisiones que cumplan con estándares de calidad y especialidad, aspecto que, al menos desde su creación y en los últimos años, ha cumplido a cabalidad el ente regulador. 

Tener un mercado detallado y estandarizado, donde las reglas de juego estén debidamente claras permite organización y armonización entre los distintos agentes que participan, lo cual se traduce en mejorar, en términos de calidad y eficiencia, los servicios públicos que se prestan. Lo anterior, por demás implica generar una confianza en el usuario, a quien se le debe prestar especial trato y atención. El rol de la Comisión permite, al menos en principio, tener certeza y tranquilidad acerca de los temas de especial interés que deben ser atendidos. Finalmente, se propende por obtener un mercado donde las ciencias económicas, comerciales, y jurídicas sientan las bases de una política regulatoria altamente especializada.

Otro de los aspectos sobre los cuales ha tenido impacto la Comisión de Regulación, se relaciona con la modernidad y el progreso que ha proporcionado. La institución regulatoria ha permitido que los impactos nocivos que pueden surgir en la especialidad de los mercados de gas y energía puedan ser mitigados debido a un correcto y oportuno acoplamiento y compaginación regulatoria con las dinámicas que desafían estos sectores de la economía. De igual forma, ha sido vital para modernizar temas como, energías renovables, impacto ambiental, comunidades organizadas, transición energética, roles de los usuarios en los nuevos mercados y la digitalización. Siendo estos aspectos que no admiten espera y que deben ser analizados para mejorar el esquema prestacional de los servicios públicos.  Es claro que el ingreso de la CREG como ente regulador en los mercados ha sido de vital importancia para el crecimiento, expansión y transparencia de estos. La labor de estas primeras tres décadas ha sido sobresaliente.  

Al analizar el impacto y funcionamiento de la comisión desde su creación, la academia y los espacios de debate no pueden negar e ignorar, los constantes retos, amenazas y problemáticas que puede enfrentar esta institución. ¿Cuáles son esos retos que se le presentan a una entidad como la CREG en una sociedad marcada por el surgimiento de energéticos modernos, nuevos roles de usuarios, digitalización, inteligencia artificial, cambio climático, entre otros? Son varios aspectos a los que se deben dedicar las decisiones reglamentarias a corto, mediano y largo plazo.

Uno de los temas sobre los cuales la Comisión no debe dar el brazo torcer y le debe seguir prestando especial atención, es la obligación de seguir garantizando un contenido regulatorio dotado de elementos técnicos y especializados. Lo anterior no puede desmejorarse ni cuestionarse con el paso del tiempo.  

Un deber de la entidad, y una responsabilidad que el Estado debe asegurar, es el de mantener su grado de independencia respecto de todos los agentes del mercado especialmente con el gobierno y los poderes públicos. Se debe defender y exigir la institucionalidad y autonomía de la CREG, aunque sus decisiones y comunicaciones deben alinearse con los fines esenciales del Estado Social de Derecho. En todo caso, ese deber no se interpreta como una adopción de políticas que respondan a ideologías o intereses específicos que satisfagan objetivos comerciales o económicos de determinados grupos o agremiaciones. El respeto por la independencia de la Comisión permite tener un sector más transparente, equilibrado y competitivo.

De igual forma se debe seguir exigiendo políticas regulatorias que busquen garantizar el correcto suministro del servicio en términos de calidad, cobertura y capacidad. Se debe trabajar en la mejora del esquema prestacional, regímenes tarifarios, cobertura, nuevas tecnologías, entre otros. Siendo aspectos que se deben construir en conjunto con empresas y usuarios.

Adicionalmente, es necesario prestar especial atención a las Zonas No Interconectadas del país (en adelante ZNI). Definitivamente representa menor dificultad la emisión de decisiones relacionadas con el Sistema Interconectado Nacional (SIN), ya que gran parte del mercado interactúa en ese ámbito por ende la emisión, aplicación y ejecución de decisiones reglamentarias facilita el cumplimiento íntegro de las mismas. En contraste, la realidad de las ZNI requiere de mayor esfuerzo por parte de la CREG implementando estrategias que faciliten las prácticas económicas y comerciales de esas zonas del país. Es imprescindible desarrollar un esquema regulatorio práctico que arroje resultados a corto y mediano plazo donde se tomen en cuenta las particularidades a las que se enfrentan sus poblaciones.

Si bien es fundamental que la regulación se centre en la cobertura, abastecimiento, los usuarios y las reglas de juego del mercado. A su vez, otro gran desafío al que se enfrente la regulación colombiana se relaciona con la necesidad de desarrollar una normatividad que salvaguarde y proteja las empresas y los privados, además de incentivar la inversión nacional y extranjera. Resulta imperioso proteger al empresario, se debe definir una hoja de ruta que permita la ejecución de sus actividades empresariales y comerciales, con respeto de las obligaciones e imposiciones reglamentarias, para que aumente la inversión de los privados en el sector y el mercado. A los agentes empresariales, quienes son esenciales en la cadena de producción, se les debe proporcionar una mejora en el esquema de remuneración, reducción tarifaria, métodos y mecanismos que otorguen estabilidad a la empresa para que el servicio pueda ser viablemente ejecutable. Es decir, la regulación debe tener un equilibrio entre los principios y finalidades aplicables a los servicios públicos domiciliarios y las necesidades empresariales para lograr una armonización sistemática de la industria.

Es un principal foco de atención el futuro de la regulación en Colombia en relación con la transición energética. Es deber de la Comisión de Regulación entender y asumir su rol trascendental en la transición. La entidad está en la obligación de progresivamente ir acoplando y delimitando una transición energética justa que se integre a las condiciones del mercado eléctrico y gasífero.

Varios son los temas que debe afrontar la Comisión de Regulación en los años venideros. Son retos que no admiten espera y que necesitan de un trabajo armónico y coordinado entre el gobierno, los privados, usuarios, organismos de control y la propia institución para poder atender los cambios propios y naturales de estos mercados dinámicos.

Definitivamente el ingreso de esta entidad en el ámbito de los servicios de energía y gas ha sido un acierto definitivo, tener una regulación aplicada permite mejorar el abastecimiento del servicio y la protección de los derechos de los usuarios. Se debe resaltar la función de la Comisión y la importancia de esta en el mercado. La gran mayoría de políticas regulatorias propuestas se traducen en avances, modernización y mejoramiento en las dinámicas de los sectores energéticos y gasíferos. Sin la experiencia y conocimiento específico de esta institución la realidad del régimen jurídico de los servicios en cuestión, actualmente, sería totalmente distinta. Es claro que aún hay bastantes temas en los que se pueden avanzar, hay realidades del sector que exigen la adopción de una regulación inmediata, se debe mejorar cada vez más la calidad en la prestación del servicio. En todo caso, y ante el conocimiento de los desafíos inminentes que se presentan en la industria, se concluye de manera conjunta, al menos para los usuarios, agentes del mercado y la academia, que se debe preservar y exigir la existencia y funcionamiento de esta entidad en el sector energético en Colombia, su rol es y seguirá siendo esencial.


[1] Egresado no graduado de Derecho de la Universidad Externado de Colombia. Integrante del semillero de investigación del Departamento de Derecho Minero Energético. Correo: juan.santana01@est.uexternado.edu.co