Transición energética
5 de febrero de 2025
El rol de la energía eólica offshore en el contexto de la transición energética en Colombia
Por: Daniela Orjuela[1]
Actualmente, Colombia enfrenta uno de sus mayores desafíos en términos de cambio climático: diversificar su matriz energética. La transición energética, entendida como el proceso gradual de reemplazo de fuentes de energía basadas en combustibles fósiles —como el gas, el petróleo y el carbón— por fuentes renovables, tales como los biocombustibles, el hidrógeno (que actúa como vector) la energía eólica, la solar y el biogás, busca reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y mitigar el calentamiento global (Asociación Colombiana de Minería, 2023). En este contexto, es pertinente examinar alternativas que permitan al país generar suficiente energía para abastecer a la población de manera sostenible y mediante fuentes limpias.
Colombia no es el primer país en afrontar esta compleja tarea. Otros países han orientado su mirada hacia el océano, aprovechando su vasto potencial para la generación de energía. Dinamarca fue pionera en este ámbito, inaugurando en 1991 el parque eólico marino “Vindeby Offshore Wind Farm”, con una capacidad de 160 MW y una inversión de aproximadamente 10 millones de dólares en su momento (Enel, 2023). Desde entonces, la construcción de parques eólicos marinos ha aumentado considerablemente: entre 2010 y 2020, la capacidad instalada de energía eólica offshore en el mundo se multiplicó por más de diez, alcanzando 34 GW (Enel, 2023)
La energía eólica marina, también conocida como offshore, aprovecha la fuerza constante del viento en alta mar, donde las corrientes son más fuertes y regulares debido a la ausencia de obstáculos (World Economic Forum, 2022). Entre sus ventajas se destacan la mayor intensidad y regularidad del viento, el uso de materiales reciclables para construir los aerogeneradores y la ocupación mínima de espacio gracias a estructuras verticales, lo que reduce la invasión del ecosistema marino.
No obstante, esta energía también presenta desafíos económicos: los costos de transporte, logística, construcción y mantenimiento son más elevados que en proyectos en tierra debido a su ubicación en aguas profundas. Aun así, la Agencia Internacional de Energía (IEA) proyecta una capacidad instalada de 560 GW de energía eólica marina para 2040, con China y la Unión Europea liderando esta expansión. Además, la IEA estima que, gracias a esta tecnología, se podrían evitar entre 5 y 7 millones de toneladas de emisiones de CO₂ (International Energy Agency, 2019).
Aunque Europa concentra el 80 % de la generación de electricidad a partir de energía eólica marina a nivel mundial, su éxito en esta industria se debe en gran parte a la reorientación de su relación con los mares mediante una Política Marítima Integrada de la Unión Europea. Esta política exige a los estados miembros el desarrollo de la energía eólica marina, proporcionando una directiva clara que guía sus esfuerzos en esta área y establece un marco común para el crecimiento de este sector (Olivares, 2021).
En Colombia, la industria eólica offshore aún es incipiente, pero el interés está en crecimiento. En la actualidad, el país cuenta con 31 proyectos de generación de energía eólica registrados, de los cuales 12 son proyectos offshore en fase inicial y los restantes son proyectos onshore. Se espera que para 2040 los proyectos offshore en desarrollo superen el objetivo de 3 GW planteado en la hoja de ruta para esta tecnología en Colombia (Ministerio de Minas y Energía, 2021). Sin embargo, existen retos importantes para garantizar la continuidad de estos proyectos.
En primer lugar, la integración de la energía eólica offshore en el marco legal colombiano tiene una relevancia mayúscula. Se necesita un desarrollo regulatorio amplio que sea atractivo para la inversión extranjera, pero que al mismo tiempo permita un control estatal adecuado. La normativa debe ser lo suficientemente flexible para adaptarse a los avances tecnológicos y evitar una obsolescencia prematura.
En segundo lugar, es necesaria una articulación y colaboración institucional para alinear los esfuerzos de todos los actores involucrados. La falta de coordinación puede retrasar el desarrollo de los proyectos y generar inseguridad jurídica, afectando la inversión y la sostenibilidad de las iniciativas.
Además, la industria offshore aún no ha alcanzado su madurez tecnológica en lo absoluto. Esto implica que la inexperiencia de las empresas y la urgencia por mostrar resultados puedan afectar la viabilidad de los proyectos. A ello se suman los altos costos asociados a la instalación y mantenimiento en aguas profundas, lo cual requiere un conocimiento detallado del territorio y la evaluación de las áreas aptas para desarrollar estos proyectos.
La creación de empleo es otro aspecto relevante, aunque la falta de experiencia y capacitación especializada en el manejo de turbinas eólicas marinas representa un gran desafío. Adicionalmente, debe considerarse el impacto en el ecosistema marino y en las actividades económicas locales, como la pesca, así como el paso de embarcaciones.
Por último, el acompañamiento del Estado a los inversionistas es fundamental. Como primer país en Latinoamérica que incursiona en esta tecnología, Colombia debe establecer políticas claras y directivas coherentes que generen confianza y faciliten la inversión. La comunicación entre el Estado y los actores privados es clave para alinear las expectativas y asegurar el éxito de estos proyectos.
En conclusión, la energía eólica offshore representa una oportunidad importante para que Colombia avance hacia una matriz energética más limpia y sostenible. Sin embargo, esto requiere superar desafíos técnicos, económicos y regulatorios. Aunque la experiencia de países como Dinamarca puede ser útil, no todo ha sido exitoso en su implementación. Por ello, es necesario analizar estas experiencias con un enfoque más crítico, de tal manera que se evite la simple reproducción de modelos externos, sin adaptarse a las necesidades del país. Así, el desarrollo de esta tecnología contribuirá no solo a la diversificación energética, sino también a la mitigación del cambio climático, promoviendo un futuro más sostenible para las generaciones venideras.
Bibliografía
Asociación Colombiana de Minería. (2 de mayo de 2023). ACMINERIA. Obtenido de ¿Qué es la transición energética?: https://acmineria.com.co/blog/2023/05/02/que-es-la-transicion-energetica/
Enel. (2023). Enelgreenpower. Obtenido de Eólica marina: cuando la energía eólica procede del mar: https://www.enelgreenpower.com/es/learning-hub/energias-renovables/energia-eolica/parque-eólico-marino
World Economic Forum. (23 de noviembre de 2022). weforum. Obtenido de Explicado: ¿Qué es la energía eólica marina y cuál es su futuro?: https://es.weforum.org/stories/2022/11/explicacion-que-es-la-energia-eolica-marina-y-cual-es-su-futuro/
Olivares, A. (2021). Energía eólica marina en España, una asignatura pendiente. En Anuario Iberoamericano de derecho de la energía. Volumen III (págs. 89-95). Bogotá D.C: Universidad Externado de Colombia.
International Energy Agency. (2019). Offshore Wind Outlook 2019. Obtenido de Offshore Wind Outlook 2019: https://www.iea.org/reports/offshore-wind-outlook-2019
Ministerio de Minas y Energía. (2021). Hoja de ruta para el despliegue de la energía eólica costa afuera en Colombia. Obtenido de https://www.minenergia.gov.co/documents/5858/Español_Hoja_de_ruta_energía_eólica_costa_afuera_en_Colombia_VE_compressed.pdf
[1] Estudiante de Cuarto Año de Derecho de la Universidad Externado de Colombia. Monitora del Departamento de Derecho Minero Energético. Integrante del Semillero de Investigación del mismo Departamento. Correo: daniela.orjuela@est.uexternado.edu.co.